jueves, 24 de marzo de 2016

quiérete

Quien te hiere no te puede consolar.
En su mano está la daga, que amenaza y es presagio de tu mal.
Busca amparo. La amistad y el refugio que te de esa templanza necesaria para ponerle distancia.
Ama el aire que respiras. Las voces y sones apacibles que arrancan tu risa.
Es momento de lágrimas, pero evita que eso te impida mirar y ver la luz que ilumina tu semblante.
El espejo te dirá lo que vales.
No vendas tu valor al menosprecio.
La tasa de quien carece de ello no vale.
Sólo valorará quien sabe.
Cuelga el arcoíris al aire de tu ventana y rielé cada mañana.
Mira esa estrella del norte que es planeta de amor y quiérete, corazón.
©

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